#Plotober 24: el dios de las letras
Tema del día: compensación
Llegará el día en que los viejos textos se eleven como cenizas sobre la tumba, entre gusanos y los frutos que caen del árbol del cementerio. Son muchas las horas dedicadas a párrafos inconclusos, a malos poemas, a crónicas carrereadas que nunca son suficiente para hacerse sol.
Debe de existir un dios de la literatura que resucite estos textos muertos, esas oraciones finitas sin voluntad propia que anhelaron transformarse en el libro del año.
El purgatorio es la computadora antigua, el documento en línea con su marcador tolerante. Es una espera con un cargado paso de días en la que letras sin rumbo esperan sentir lo que sintió Lázaro.
Este dios deberá de ser bueno, amoroso con los versos sin rima y las comparaciones fáciles que vibran con los lugares comunes que tanto detestamos quienes queremos dedicarnos a la letra sobre letra.
El fin de los tiempos será abrir un documento. Será un renacer de vidas ajenas, ficciones remotas, personajes creados y amados por una semana, pero hundidos en el inconsciente de una mente a quien su prosa nunca le parece suficiente. Son siluetas que pocas veces son yo y que, cuando se convierten en espejo, son un dolor que solo se compensa con la experiencia terapéutica.
