#Plotober 18: los tacones de Alicia
Tema del día: caída
Alicia usaba con fruición unos altos tacones que le había regalado su padre. El resto de su familia le rogaba que no se los pusiera: eran todo un atrevimiento para una niña de diez años y podía padecer una terrible caída.
La pequeña insistió en que podía manejar esa carga y, desde el día del cumpleaños en que abrió con frenesí la caja de zapatos, se puso los tacones para siempre. Dormía con tacones, desayunaba con tacones, jugaba fútbol con tacones… Le quería comprobar a su familia que estaba lista para asumir los retos que asoma la vida adulta: los tacones eran un símbolo de su transición.
Su madre, cada mañana, le rogaba que se quitara los zapatos. Después de la hora del café matutino, la progenitora le hacía un eterno discurso sobre los peligros de los tacones. “Un día te vas a caer y va a ir en serio”.
La niña optó por ignorarla incesantemente.
Hasta que llegó el día en que su madre también se cansó. Esa mañana tomó café con la pequeña Alicia, la dejó comer sus tostadas en silencio y no le dijo nada sobre los imponentes tacones que atrapaban toda la atención del desayunador.
Ese día, en que su madre guardó silencio, Alicia tropezó con sus tacones y cayó en un hoyo profundo. Cuando la lograron rescatar, aseguró que había estado en un país maravilloso allí abajo, y desde esa tarde se quitó los tacones para nunca más usarlos en su vida.